Adicionalmente, cuando este salvaje y decrépito personaje, que en vez de zapatos, utiliza cascos de animal, no está gritando por el megáfono, alguien de su caterva de malandros pone a toda hora (hoy la puso a las 5 y media de la manana) una música estridente, que despierta y no deja dormir a todo el vecindario.
Quiero decirle que le haré llegar esta queja al Alcalde del Municipio Libertador para ver si le pone un freno o coto a este desadaptado social, que deberia meterse el megáfono por el orto posterior, y hacerlo sonar a sus anchas.